La hoja prohibida y el triunfo de la cocaína: coca, hoja sagrada de las culturas andinas, ritual, medicinal y complemento alimentario

Francisco V.J. Carpio Jordán*

La hoja de coca brota de un arbusto de 2.5 m de altura promedio, producida principalmente en los valles interandinos a 500 y 2,000 m s.n.m. aproximadamente; estudios arqueológicos registran su presencia desde hace ocho mil años, planta que acompaño y fue tratada y cultivada por nuestras culturas ancestrales, criada para los ritos, el dialogo y el trabajo, asimismo se tomaron sus potenciales curativos y sus atributos de complemento alimentario.

La irrupción europea, la ocupación territorial y la conquista, implemento un proceso destructivo y de desestructuración de toda la sociedad tawantisuyana, imponiendo una estructura de gobierno y organización social, un modo de vida occidental, idioma, religión, vestimentas y sistema alimentario; tomaron algunos componentes de nuestro régimen alimentario dentro de su propia disposición dietética; numerosos y valorables alimentos nuestros fueron dejados y hasta prohibidos. Sin embargo, pervivieron numerosos elementos culturales mediante un proceso de sincretismo y una recreativa resistencia cultural.

Sin embargo, usaron la coca por su valor energético, entregando a los dominados pueblos junto con alcohol y maíz tostado, para que resistieran tanto en el trabajo forzado, en la agricultura como en la minería; condición que empeoro durante la república, establecida bajo el impulso de Inglaterra, hasta el término del régimen de las haciendas y el fin del gamonalismo; con la reforma agraria del gobierno del general Velasco en 1968. Es importante resaltar este modo de consumir coca con alcohol, degradando y alcoholizando a los pueblos indígenas y mestizos, a quienes despreciaban y humillaban por su condición deteriorada por estos mismos españoles primero, criollos o españoles americanos después, la oligarquía republicana y los hacendados gamonales hasta el tiempo de la reforma agraria.

Coca kintu: hoja sagrada, ritual y relacional entre los humanos y las pachas

En la cosmovisión andina la hoja de coca fue considerada como la KUKA MAMA O MAMA COCA, valorada sagrada por sus distintas cualidades curativas y nutritivas, reconocida en la experiencia de los tiempos, fundamentalmente trascendental por su relación cósmica con la Pachamama y el Hanan pacha (mundo de arriba o celestial), el Illa tiqsi de la energía y el principio vital, trasmisor de vida y conocimiento.

Cultivada para recrear la salud y la vida de los runas (seres humanos) y complementar el florecimiento de los saberes; asimismo funciona como conector y canalizadora entre las pachas: Uku pacha, kay pacha y Hanan pacha, consecuentemente presente en todos los ceremoniales centrales y cotidianos. Masticada en el dialogo armónico entre las personas.

El modo de vida en el mundo andino es reciproco, complementario y celebratorio, la hoja de coca estuvo presente en ese modo de vida, que fue una permanente recreación ritual de sus quehaceres. También presente como complemento alimentario y complemento terapéutico-curativo, resultado del conocimiento que acumularon crecientemente para conocer sus componentes alimenticios y medicinales.

Complemento alimentario y facultades curativas

Los valores nutricionales de la hoja de coca, junto con atribuciones curativos y medicinales fueron descubiertos por las culturas ancestrales a través de miles de años de convivencia con la planta sagrada, conocimiento que fue progresivo junto con otros productos emergentes de la tierra, como la papa, la quinua, tarwi, quiwicha y cañiwa, etc.

La hoja de coca contiene, metabolitos primarios como proteínas y metabolitos secundarios como los 14 alcaloides, entre ellos la cocaína natural; carbohidratos y lípidos, flavonoides y taninos; vitaminas (A, B1, B2, B3, C y E), minerales como calcio, sodio, fósforo, magnesio y potasio. Estos contenidos le dan el potencial de constituirse en un excelente complemento alimentario, que es necesario aprender a consumirlo proporcionalmente con los otros alimentos y para los usos curativos y terapéuticos, también hay indicaciones orientadas en cada caso; como, por ejemplo, por su alto contenido de calcio, puede dosificarse para el fortalecimiento del sistema óseo, más o menos 60 gramos por día podrían cubrir las necesidades de calcio. También 100 gramos de Coca aproximadamente contienen dos gramos de potasio, necesarios para el equilibrio del corazón.

En términos generales contribuye a estimular la atención y coordinación de ideas. Suprime malestares y toxinas corporales. Calma el mal de altura, es digestivo, antidiarreico y analgésico, antioxidante, antiartrítico y antiviral, etc. Previene enfermedades traqueobronquiales y cardiovasculares, obesidad y caries, contra el cansancio y la fatiga. Tranquilizante frente a la depresión.

El presente articulo no pretende completar todos los fundamentos nutricionales, alimenticios y curativos, comprendiendo que ya se han realizado importantes trabajos que lo exponen ampliamente. En el presente muestro algunas de sus propiedades alimenticias, curativas y los catorce alcaloides.

La universidad de Harvard, en l975, presento el cuadro integral de contenidos y composición bioquímica y el «Valor nutricional de la hoja de coca”, que hoy puede ser refrendada o mejorada en cualquier laboratorio; posteriormente, se desarrollaron continuas investigaciones de utilidad científica en biomedicina y farmacia, tanto en Perú como en otros países.

El chacchado de coca se viene recuperando y extendiendo en su modalidad ancestral, diferenciada de la implementada en el servilismo virreinal y republicano, asimismo la coca en infusión o llamado te de coca se ha masificado como aditamento alimentario y, la coca en harina aumenta también su consumo como complemento alimentario y curativo; no solo como creciente proceso espontaneo, sino también con el aporte y aliento de médicos, biólogos y bioquímicos que investigan y experimentan sus variados usos.

Es importante indicar que en contrasentido de las virtudes y beneficios de la hoja de coca, en centros mineros informales en Perú, se esta masticando coca y alcohol, asimismo, en Bolivia se extiende el consumo de coca chancada y otros aditamentos como el bicarbonato (conocida como combo), alcohol y bebidas energizantes, resultando un peligroso consumo para la salud, lejos de las tradiciones culturales y usos beneficiosos que mostramos.

La coca posee 14 alcaloides naturales:

  • Cocaína: Es el éster metálico de la benzoilegnonina, tiene propiedades anestésicas y analgésicas, principal metabolito de la cocaína
  • Egnonina: Es un derivado carboxilado de la atropina, tiene propiedades de metabolizar grasas y glúcidos, carbohidratos y adelgazar la sangre.
  • Pectina: Es absorbente y antidiarreico, junto a la vitamina E, regula la producción de la melanina para la piel.
  • Papaína: Esta proteasa (que en mayor proporción contiene la papaya) es muy parecida en su estructura a la catepsina animal, es un fermento que acelera la digestión.
  • Higrina: Excita las glándulas salivares cuando hay deficiencia de oxígeno en el ambiente.
  • Globulina: Es un cardiotónico que regula la carencia de oxígeno en el ambiente, mejorando la circulación sanguínea, evita el “soroche” (mal de altura)
  • Pyridina: Acelera la formación y funcionamiento del cerebro, aumenta la irrigación sanguínea a la hipófisis y las glándulas.
  • Quinolina: Evita la formación de caries dental junto con el fósforo y el calcio.
  • Conina: anestésico.
  • Cocamina: analgésico.
  • Reserpina: Regula la presión arterial en hipo e hipertensión y ayuda a la formación de células óseas.
  • Benzoina: Propiedades terapéuticas para la gastritis y las úlceras.
  • Inulina: Refresca y mejora el funcionamiento del hígado, la secreción de la bilis y su acumulación en la vesícula, es diurético, ayuda a eliminar las sustancias nocivas y tóxicas no fisiológicas. Es un polisacárido que produce aumento de las células de la sangre.
  • Atropina: Estimulante del sistema nervioso central, relaja los músculos lisos.

Por los aminoácidos que contienen estos alcaloides, los ácidos y las vitaminas A, B1, C y E, la tiramina, niacina y riboflavina, califica como la planta más completa de la tierra; también procesa nitrógeno no proteínico, que elimina las toxinas y patologías del cuerpo humano y le proporciona dos propiedades de solubilidad e hidratación.

Fotografías crédito de Petropress

Coca, cocaína, narcotráfico y prohibición de consumo de la hoja de coca

Se pretende identificar la hoja de coca en forma natural, con la cocaína, es decir, el compuesto químico sintetizado industrialmente utilizado en un principio como analgésico, extraído de la planta mediante un largo proceso que termina por seleccionar el alcaloide de la hoja, convirtiéndolo en estupefaciente. El proceso consiste en extraer de la hoja de coca, la pasta y de la pasta la base de cocaína, que luego se transforma en clorhidrato de cocaína; componente, que produce alteraciones del sistema nervioso, cardiovascular y respiratorio, además estimula el sistema nervioso central produciendo dependencia, trastornos mentales y físicos.

Antecedentes históricos de la cocaína y el narcotráfico:

Desde fines de siglo XIX e inicios de siglo XX en occidente empezaron a tomarle importancia a la hoja de coca por alguna de sus propiedades, la analgésica que después derivaría en droga para la drogadicción y el narcotráfico

En 1815 el Alemán Friedrich Serturner fue el primero en sintetizar del opio la morfina, que se le denominó morphium. posteriormente en 1820 sintetizan la quinina, la cafeína y la estricnina.

La cocaína fue aislada por primera vez en 1859 por el químico alemán Albert Niemann. La Cía. Alemana Merck la produjo en la década de 1860. En estados Unidos La Cía. Farmacéutica Parke Davis mercantilizo la cocaína extraída de la coca, en cigarrillos inhalantes, tónicos e inyectables. En la década del 70 se empezaron a encontrar usos médicos de la cocaína, posteriormente en la década del 80 se popularizo en la comunidad médica europea y norteamericana. Merck la promociono para limitar la adicción a la morfina.

En 1884 el Dr. Kohler, amigo de Freud, uso cocaína para cirugías oculares. Sigmund Freud desde 1884 escribió varios artículos acerca de las propiedades analgésicas y estimulantes de la cocaína, asimismo experimentó el consumo de la misma en su propia persona.

En 1886 John Pemberton añade la coca al refresco coca cola, logrando un efecto energizante y agradable aumentando su consumo y popularidad. De 1883 a 1886 la producción de cocaína aumento a 83 kg. En 1905 la cocaína se popularizo, ya no solo como medicamento, sino como inhalante agradable, tranquilizador y también adictivo.

Angello Mariani, desde 1863 crea y promociona el vino Mariani, en base al vino de burdeos con extractos de coca, bebida cautiva de Jules Vernes, Thomas Édison, Alejandro Dumas y el Papa León XIII, quienes le atribuían propiedades terapéuticas y recreativas, fue la bebida favorita del vaticano, de escritores, generales y monarcas.

En un transcurso de 40 años el opio, la heroína, la marihuana y la cocaína tuvieron un consumo legal principalmente en Europa y en estados unidos, que se usaban y consumían por razones médicas, terapéuticas y también como alucinógenos para tener estados emocionales especiales. En distintos momentos empezaron las prohibiciones, destacadamente en Estados Unidos.

Estados Unidos fue el promotor del prohibicionismo tanto al interior de su país como internacionalmente; estableciendo normas, reglas y sanciones para cuidar “un modo de vida bueno y puro”, basado en el sustrato del puritanismo protestante. Una primera y significativa expresión histórica fue la “ley seca” o “ley de la prohibición” de 1919 al 1933, cuando se consideró ilegal la producción, distribución y venta de las bebidas alcohólicas. El motivo del control y prohibición, no se realiza solo por razones sanitarias, sino también por razones étnicas, sociales y políticas, que tienen sus connotaciones especificas en cada periodo.

En el siglo XIX Inglaterra impulso la producción de opio en oriente; el gobierno chino de entonces se resistió a permitirlo, respondiendo Inglaterra con la “guerra del opio” acompañada de otros socios europeos. Se trataba de un negocio de drogas en un país que constituía un gigante y apetecible mercado, al que ingresaron causando e induciendo una epidemia de consumo de opio.

Este consumo inducido prepotente y artificialmente no estuvo asociado a rituales tradicionales, religiosos o culturales como sucedía en otros lugres con diversos alucinógenos. En los principios del naciente capitalismo inglés, el opio fue la mercancía de alta rentabilidad económica y la gente un mercado creciente que reproduciría la riqueza del imperio de esos tiempos.

Constituyen y organizan todo un sistema de cultivo producción y comercio de la droga sintetizada, dando origen al tráfico de este producto, que los convierte en pioneros del narcotráfico, inventado y reproducido por estos prósperos anglosajones. Crearon y formaron un mercado con la inducción al consumo para que aparezca la demanda, mientras que la oferta estuvo lista para la realización de la ganancia.

Desde Estados Unidos se iniciaron las prohibiciones, promoviendo en 1909 la primera Convención sobre el opio en Shanghái, antecedió a la “Convención internacional del opio, firmada en la haya el año 1912, que regula y controla el uso de la droga solo para fines científicos y médicos. En 1914 se dio en Estados unidos la Ley Harrison, que sancionaba que cualquier uso no médico del opio y la cocaína sería considerado de naturaleza inmoral. En 1919, la corte suprema de los estados unidos limita a que los “médicos no pueden suministrar drogas para ayudar a un adicto”, pasando del control médico sanitario al control policial.

Hasta que el mismo 1919 se dio la “Ley seca basada en los principios de templanza y dominio propio” de origen protestante puritano, prohibiendo el consumo de bebidas alcohólicas. Al derogarse la “ley seca” en 1933, pusieron atención a las otras drogas, pasando por diversos episodios de prohibiciones tanto dentro de estados unidos como en el ámbito internacional, debido a su predominio en los organismos internacionales como la ONU y la OMS en particular, poniendo atención no solo en la cocaína sino también en la hoja de coca desde la Convención de 1961 hasta el presente.

La hoja prohibida y declarada narcótico:

La hoja de coca, en cualquier forma de consumo, repito, es un excelente complemento alimentario y tomada en mate o infusión y masticado es un estimulante similar a la cafeína del café; contiene cocaína natural en un promedio que oscila entre 0.5 y 10 por ciento, que acompaño el buen vivir de poblaciones de civilizaciones andinas por miles de años. Estudios biológicos, antropológicos e históricos, cada vez más vienen sumando argumentos que desbaratan la intención anglosajona de condenar a la hoja de coca como narcótico y terminar de prohibirla, y resguardarla para alimentar su exitoso mercado del narcotráfico. Recordamos que después de una de sus investigaciones amañadas afirmaban que los pueblos andinos vivieron narcotizados sin tener conocimiento de su estado.

En 1961, se incluyó a la hoja de coca en la lista No 1 de la “Convención única sobre estupefacientes de las Naciones unidas”, sujeta a un control y su permisión solo para usos médicos y científicos. Esta inclusión tuvo dos finalidades, terminar poco a poco con la masticación y también evitar la fabricación de cocaína; prohibiendo y erradicando los cultivos ilegales, complementada con la prohibición del masticado para desaparecerlo en un periodo de 25 años, o sea que, para diciembre de 1989 debieron de cumplirse los objetivos.

En 1971 el presidente Richard Nixon impulso un programa para combatir el narcotráfico y el consumo de estupefacientes. Estas medidas de aparente sanidad social, tiene otra faz evidenciada en las inducciones al consumo de drogas en la población norteamericana, como fue el caso de los panteras negras, a quienes en 1969 el FBI lo califico como “la mayor amenaza para la seguridad interna del país”, desarrollando un programa de contrainteligencia, vigilancia, infiltración y perjurio, incriminándolos con el consumo y tráfico de drogas, con tácticas de inducción al consumo tanto en la población como en los activistas negros. En 1989, al no haberse cumplido los objetivos de la convención única de 1961, el presidente de EE.UU. George Bush lanza “la iniciativa andina” que intensifica las intervenciones militares para erradicar los cultivos de coca.

En 1992 la OMS declara que la hoja de coca está debidamente incluida en la lista Nº1, en posteriores momentos expertos de farmacodependencia de la OMS retiraron las anteriores conclusiones, para reclasificar este consumo del masticado o chacchado como una forma de cocainismo; sin reconsiderar los errores y metodologías imprecisas, que utilizaron como fundamento, incluidas las connotaciones políticas culturales y racistas, etc.

En la Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes de 1988, Perú y Bolivia negociaron parcialmente, en el párrafo 2 del Artículo 14, que las medidas para eliminar la demanda y el cultivo ilícito de estupefacientes: “Tendrán debidamente en cuenta los usos tradicionales lícitos, donde al respecto exista la evidencia histórica”.

En 1994, la Junta Internacional de estupefacientes (JIFE) que supervisa la aplicación de convenciones de la ONU en control de drogas, expreso que el consumo de mate de coca en varios países de América del sur, considerado inocuo y legal, forma parte de una actividad ilegal, según lo convenido en 1961, en contraposición a la convención de 1988, aunque no era la intención de las conferencias plenipotenciarias,

En 1995 el “Proyecto cocaína” de la OMS/UNICRI concluye que: “el consumo de hojas de coca no parece tener efectos negativos para la salud”. Su publicación se bloquea ante la amenaza de perdida de financiamiento de EE. UU.

En el informe anual de la JIFE del 2007, modifica la postura anterior e insto a los países a prohibir “la práctica de masticar hoja de coca y la fabricación del mate de coca”. Ante lo cual se realizaron protestas en Perú y Bolivia; no obstante que el mismo 2007 las Naciones Unidas reconocen los derechos de las comunidades indígenas, incluidas sus tradiciones y costumbres culturales.

El 27 de Setiembre del 2005 el Tribunal constitucional del Perú resolvió, exhortar al presidente de la República reevaluar la política nacional e internacional antinarcóticos para que sea más eficiente y acorde al derecho y a la realidad nacional y regional; expresando también: “de lo expuesto en los fundamentos 28 y siguientes, supra, resulta claro y evidente que la cocaína ni es de origen natural ni se extrae de la hoja de coca, la cual no es más que su insumo básico”. Exhortar al Congreso de la República, a incluir, en el más breve plazo posible, a la planta de la hoja de coca en la lista de cultivos reconocidos como Patrimonio Natural de la Nación. En el mismo sentido, se exhorta al Instituto Nacional de Cultura a iniciar trámites para evaluar la conveniencia técnica de la declaración de uso tradicional de la planta de hoja de coca como patrimonio cultural inmaterial, de conformidad con el ordenamiento internacional.

En noviembre del 2006, Bolivia consiguió de la Organización mundial de la Salud, que el tema de la hoja de coca, sea introducido como parte de la medicina tradicional en la agenda del principal órgano subsidiario que toma las decisiones en la OMS, el Consejo Ejecutivo integrado por 34 países de las naciones Unidas. También Bolivia consiguió en enero del 2007, en la 120 reunión del Consejo ejecutivo de la OMS (Ginebra) el apoyo técnico para un estudio sobre “la contribución de la hoja de coca a la medicina tradicional y a la salud pública”.

El 23 de octubre del 2006, el Parlamento Andino decidió, considerar a la hoja de coca en su estado natural, Patrimonio Cultural de los Pueblos Andinos, debido a su presencia en el uso alimenticio, medicinal, rituales ancestrales sociales y religiosos de los pueblos andinos.

El 21 y 22 de setiembre del 2006, en la VI reunión de la Comisión de Pueblos Indígenas y etnias del Parlamento latinoamericano en Potosí-Bolivia, resolvió respetar el cultivo ancestral de la hoja de coca en ese marco, los pueblos indígenas solicitan la despenalización de la misma en los organismos internacionales, a efectos de racionalizar el accionar del producto.

Del 8 al 10 de marzo del 2007, la Unión Interparlamentaria Latinoamericana y del Caribe, reunida en Caracas Venezuela, declaro a la hoja de coca como Patrimonio Cultural de los Pueblos Indígenas y Andino-Amazónicos.

En el 2009, la nueva constitución de Bolivia declara a la hoja de coca como patrimonio nacional. En marzo del mismo año, Bolivia solicito a la ONU la suspensión de los párrafos 1c y 2e del Articulo 49 de la convención Única de 1961, para que se elimine la expresión: “la masticación de la hoja de coca quedara prohibida”, teniendo un plazo de 18 meses para responder a la propuesta boliviana. Al 31 de enero del 2011, fecha de vencimiento del plazo, se presentaron objeciones de 17 países, por lo que el trámite no prospero quedando estancada la modificación.

El 2011, Bolivia denuncia la Convención Única para su retirada, entrando en vigencia en enero del 2012 y posteriormente se adhirió al tratado del 2013, con una nueva reserva sobre la masticación de la hoja de coca, logro que solo se aplica en territorio boliviano y sigue proscrita internacionalmente.

En el 2019, Bolivia anuncia en la CND (Comisión de estupefacientes del Consejo económico y social de Naciones Unidas) un estudio de la OMS sobre las propiedades terapéuticas de la hoja de coca. Por falta de recursos económicos, el golpe de estado y la pandemia estuvo imposibilitado la realización del estudio.

En marzo del 2023, en la sesión 66 de la Comisión de estupefacientes (CND), el órgano rector de la oficina de las naciones Unidas contra la droga y el delito (UNDDC), Bolivia y Colombia presentaron una solicitud pidiendo la revisión de la clasificación de la hoja de coca, retomando la reivindicación de los pueblos andino amazónicos, de que la hoja de coca es parte de su cultura y tradición. Por los procedimientos de estas instituciones la CND no podrá decidir sin informe previo de la OMS.

El año 2023, Bolivia notifica al secretario Gral. de la ONU acerca de la activación de un examen critico de la OMS sobre la clasificación de la hoja de coca. El 2024 en la CND propone proteger la hoja de coca como un recurso genético. El ECDD (Comité de expertos en drogas) de la OMS inicia un proceso de revisión critico e invita presentar aportes en la audiencia pública del ECDD en octubre.

El presidente Colombiano Gustavo Petro planteo descolonizar la política global antidrogas, la vice presidenta Francis Márquez expreso: “Llego el momento de plantear el debate para despenalizar el uso de la hoja de coca”. También planteo el reconocimiento de las drogas, como un problema de salud, en lugar de un problema militar.

Para el año 2026 se espera que la CND de la ONU, compuesta por 54 países, vote por sobre cualquier cambio recomendado en la clasificación de la coca, lo cual requiere una mayoría simple para su aprobación.

Trasfondo de la prohibición. Industrialización y comercialización de los derivados de la hoja de coca

La hoja de coca considerada estupefaciente y prohibida a nivel global, solamente se continúa consumiendo en algunos países de América del sur, como Perú y Bolivia; sin embargo, varias empresas norteamericanas exportan hoja de coca con el aval de algunos de sus organismos prohibicionistas, para diversos fines poco conocidos, hecho que confirma el potencial exportador que podría tener a nivel global, tanto la hoja de coca como sus derivados para fines alimenticios y medicinales.

Se desprende la interrogante, de por qué no se permite que haya más productos legales de hoja de coca en el mundo, mientras el producto ilegal de la coca, la cocaína, está presente y en expansión en los mercados del mundo sin competencia con los derivados alimenticios y medicinales. Al mismo tiempo que las costosas acciones de erradicación de cultivos de coca y la persecución de determinados niveles de narcotraficantes, no afectan la productividad, el tráfico y su destino final; mientras, continua el ingreso y flujo del narcótico plena y puntualmente a sus mercados de alta rentabilidad.

La empresa norteamericana Stepan Company, importa hojas de coca de Perú a EE.UU. con autorización de la DEA. ENACO declaro que la Compañía Stepan es la única que adquiere 120 toneladas anuales; empresa con sede en Nueva Jersey, quien tiene licencia para importar desde 1994. Al mismo tiempo varias cifras indican que también otras empresas estarían importando hojas de coca desde el Perú. Del 2003 al 2016 Perú vendió 1,643 Tn. de hojas de coca a EE.UU. por 7 millones de dólares. Bolivia vendió al 2003, 22 Tn. por 67,500 dólares, datos ubicados en USA TRADE online. No transparentan los movimientos de empresas importadoras de hojas de coca, que tienen licencia para hacerlo, como Johnson Matthey live y Cambrex Charles City, mientras que ENACO y la DEA lo sigan negando.

Stepan procesa y entrega un extracto de hojas de coca al laboratorio Mallencrodt Pharmaceuticals, el que elabora cocaína y clorhidrato de cocaína, usando la cocaína en procedimientos legales, como usos quirúrgicos, anestesia para los ojos, nariz, orejas y garganta, para la investigación y otros usos médicos, en cantidades convenientes con permiso de la DEA. El clorhidrato también es consumido ilegalmente como droga psicoactiva que aumenta la dopamina del cerebro.

Stepan extrae el alcaloide para el laboratorio Mallen, vende las hojas a cocacola, en condiciones que ya no necesita autorización; sin embargo, años anteriores usaba la cocaína en sus formulaciones. Para facilitarles, el convenio del 61 incorpora la siguiente disposición sobre la hoja de coca, indicando que: “los suscritos pueden permitir el uso de coca en la preparación de un agente saborizante que no contenga alcaloides y permitir la producción, importación y exportación de hojas de coca”.

Es importante destacar que ya en 1938 EE.UU. importaba 107 Tn. Incrementando en los años 40 a 200 Tn. de hojas de coca anuales. Algunos de estos datos y cifras, los tomo como muestras que no podrían ser más abundantes en un enfoque panorámico de la temática que estamos tratando, asimismo hay varios libros que podrían ser citados como el de Paul Gootemberg “La cocaína andina y el proceso de una droga global”.

Las disposiciones adicionales sobre la hoja favorecen a Cocacola y otras empresas que importan y procesan derivados, reservando el proceso industrial de coca para estas empresas del norte, limitando y prohibiendo que lo realicemos los países que producimos y consumimos milenariamente este vegetal. Un funcionario de Cocacola expreso: “Nuestras formulas son los secretos comerciales más valiosos de la compañía. No confirmamos ni discutimos las fórmulas ni los ingredientes de nuestros productos, más allá de los enumerados en las etiquetas”, lo cual indica y confirma las reservas privilegiadas de estas empresas, que estarían armando un monopolio de la producción formal de derivados de la coca y, por otro lado, una mano invisible favorece el subterráneo, tenebroso y rentable negocio transnacional de la cocaína.

En los países donde se han implementado las diversas operaciones de erradicación de cultivos de coca, no hubo resultados favorables en la evaluación final; contrariamente se ha vuelto a resembrar y se amplió la frontera de sembríos cocaleros, además de la conflictividad social provocada, la contaminación del ecosistema y, complementada con la permanencia misteriosa y duradera en zonas como el VRAE en el Perú, donde conviven cultivos, producción del narcótico y tráfico de entrada de insumos y salida del producto final, con la presencia de unidades policiales y militares del estado, más la presencia de grupos armados derivados del senderismo, que ahora son uno de los guardianes del narcotráfico.

La erradicación forzosa por aspersión se realizó principalmente en Colombia, usando el producto químico paraquat y posteriormente glifosato, en todos los países objetivo se probaron también otros herbicidas, todos contaminantes de los ecosistemas. También se realizaron operativos terrestres y destrucción manual de cultivos de coca. Asimismo, la erradicación voluntaria con la sustitución de cultivos alternativos, en el caso del Perú con la intervención de DEVIDA.

La erradicación forzosa no concluye en resultados efectivos, porque el productor-agricultor maneja sus tiempos y espacios de probable intervención, considerando la demanda en el mercado de compradores de sus cosechas, favoreciendo la oferta de sus precios. Además, el agricultor, el comprador y productor de la cocaína dependen de una red, organizada internacionalmente que monitorea los procesos, los accidentes y orienta las alternativas para que el sistema siga funcionando. Consecuentemente, las erradicaciones disminuyeron solamente el margen de ganancias, mas no su rentabilidad.

La experiencia en los cultivos de coca y el proceso de producción del narcótico ha evolucionado, mejorando la productividad de la hoja de coca y la producción de más cocaína con menos hojas de coca. En los países implicados se va reconfigurando la frontera agrícola; en el caso del Perú, ahora existen 14 zonas de producción, en 13 departamentos y 137 distritos, articulándose nuevas zonas de actividades de la cadena productiva y comercial del mercado de drogas. El reporte global de la cocaína (ONUDD, organismo especializado de las Naciones Unidas) indica el 2023, que los cultivos de coca al 2022 llega a un rendimiento máximo de 355,000 has. Disgregadas en: Colombia con 230,000 has. Perú 95,000 has. Y Bolivia con 30,000 has. 61 % de plantaciones en el área andina, duplica la cifra del 2015; en cuanto a cocaína dos mil toneladas de cocaína producida globalmente al 2020, en el Perú al 2022 se produjeron 2,757 tn. de cocaína, cifras que responden eficazmente a la demanda de los mercados.

Esta sucesión de hechos y procedimientos muestran que la clasificación de la coca como narcótico, favorece a los objetivos de la transnacional de narcóticos del capitalismo anglosajón (EE.UU. e Inglaterra) en sostener la industria de las drogas formalmente ilegales, en particular en América del sur, controlando los cultivos de hoja de coca, para alimentar su cadena productiva del narcótico cocaína y pasta básica, y la provisión continua a las redes de distribución y comercialización, que hasta el momento nunca han interrumpido sus procesos y flujos hacia el consumidor final, Norteamérica y Europa principalmente; asimismo, también derivar parte de la producción de hojas de coca hacia empresas del norte para procesar derivados legales dirigido al mercado de los medicamentos y alimentos.

Los instrumentos formales y legales están a cargo de los organismos de las naciones unidas y de la organización mundial de la salud en particular, la DEA, la CIA y otros organismos sucedáneos de control y coerción policial; tratados comprometidos con los estados de Colombia, Perú y Bolivia, con bases militares para la erradicación, coordinación y acciones con instituciones del ministerio del interior y de las fuerzas armadas. Los resultados muestran nuevamente que los cultivos se acrecientan y se mueven a nuevas áreas, la producción también continua y las rutas de tráfico varían tanto localmente como dentro de América del sur, como es evidente de la nueva plataforma de distribución desde el ecuador, así como las rutas globales de tráfico de cocaína y otros estupefacientes.

Finalmente, es evidente que este procedimiento establecido de facto y ayudado con normativas, perjudican el uso intensivo de la hoja de coca para fines alimenticios y medicinales, no solo en los países de tradición andina sino también la posibilidad de producir para el mercado mundial los derivados alimenticios y medicinales, con posibilidades de procesar toda la producción actual de hojas de coca. Es indudable que poderes ocultos o semiocultos impiden esta alternativa legal, para que siga la hegemonía de la producción y tráfico del narcótico. Constatándose que las fallidas medidas, o constituyen una mascarada o perjudican a redes de competencia de cadenas centrales de tráfico.

Es también importante destacar que EE.UU. y sus organismos internacionales no dan prioridad ni atención a otras alternativas por razones no visibles; como las siguientes:

Transferir todo el potencial económico que se diluye en operaciones que mantienen un status quo al que se combate sin resultados, transferirlo al desarrollo económico integral de las zonas rurales afectadas e infectadas; reforzar la erradicación voluntaria y sustitución de cultivos, con asistencia técnica y proyección de sus productos hacia el mercado interno y exportaciones, con vías de transporte de salida; los productos de los cultivos alternativos deben tener un soporte en el mercado norteamericano que es el principal interesado en las erradicaciones; complementada con el impulso de la industrialización de la hoja de coca con derivados alimenticios y medicinales, para lo cual el juego sucio e injusto de los diversos organismos de la ONU, la OMS, la CIA, la DEA y los estados de Sudamérica, debe terminar, para lo cual, tiene que suprimirse la estigmatización de la hoja de coca en la lista No 1 de la “Convención única sobre estupefacientes de las Naciones unidas”; nueva condición que impulsaría la venta legal de hojas de coca y derivados en los mercados internacionales, que por ahora los domina el tráfico ilegal sin competencia alguna, propiciándose una creciente demanda de hojas de coca, que hasta ahora la consideran equivocada o intencionalmente estupefaciente.

Esta es una demanda que emana del corazón de nuestras culturas ancestrales, desde una cosmovisión y un modo de vida que vamos recreando, para desprendernos de un modo de vida individualista, competitivo y violento, que, como expresiones del enriquecimiento, el éxito personal a cualquier costo, impulsan la industria y el mercado de los narcóticos, tráfico y trata de personas y tráfico de armas, como una de las manos del mismo cuerpo sistémico imperante. Deseamos recuperar nuestra soberanía en general, soberanía cultural y alimentaria en particular y un modo de vida complementario reciproco y no violento. La recuperación de nuestra hoja de coca, para compartirla con todos los pueblos del mundo para un buen vivir.

Perú, agosto del 2024

*Francisco Carpio Jordán

Periodista, Analista Político, Promotor del Instituto de Gestión Pública, Promotor del Proyecto Nación Humana, participa en el Movimiento Humanista, La Comunidad y el Centro Humanista de comunicaciones. Colaborador de Converencia de las Culturas-Chile